El verano se va, y con él los reflejos de unos colores brillantes que encendieron nuestra alma y sentidos.
Los ciclos de la vida, como los de las estaciones no se detienen, nada es perpetuo y a la vez nada es caduco, la vida encierra la vida, una estación sigue a la otra recordándonos que los ciclos son necesarios para nuestra evolución.
El otoño es un tiempo de reflexión, tiempo de paro y análisis. La naturaleza se repliega en si misma a la vez que nos regala infinitos colores sanadores. Solo tenemos que pasear por el campo un día soleado de este otoño para despertar conscientemente nuestro cuerpo y sentidos a la vibración sanadora del color.
Podemos hacer una meditación sanadora mientras paseamos en la naturaleza, simplemente hemos de ser conscientes de nuestra respiración, mientras observamos con todo detalle los bellos colores que en nos ofrece el bosque en esta época del año.
Amarillos y ocres, se entremezclan armoniosamente con rojos y verdes , siendo un regalo a nuestros sentidos. Fusionemos nuestro espíritu con cada color, notemos como su vibración llega hasta lo más profundo de nuestro ser, sintamos los rayos del sol, con toda la escala cromática que alimenta nuestro cuerpo , el aire que nos acaricia y la madre tierra que nos sustenta.
Somos los creadores de la más bella obra que se puede crear
¡SOMOS LOS CREADORES DE NUESTRA PROPIA VIDA¡
Todos los colores se funden en uno en nuestro interior…….¡
PROSA DE OTOÑO
Otoño tiempo de introspección y reciclaje
Nuevos proyectos, nuevas metas
Todo está hecho y todo está por hacer
Melancolía de tiempos pasados que ya se fueron
La tela esta en blanco y la paleta es amplia
Y yo con pulso firme voy a pintar un cuadro……
¡el cuadro de mi vida¡
Los colores danzan alegres al ritmo del viento saltarín
El amarillo y el verde, el ocre y el rojo y……. otra vez el amarillo
Todos se funden en uno porque uno son todos….
El bosque se prepara para dormir un sueño que lo regenera en cada respiración.
Montse Arnal
